No recuerdo lo que le contesté, pero sí
recuerdo verlo untándole mantequilla y mermelada al pan tostado y
comérselo todo. Cuando me levanté de la mesa esa noche, recuerdo
haber oído a mi madre pedir disculpas a mi padre por los panes
tostados muy quemados.
Nunca voy a olvidar lo que dijo:
"Cariño
no te preocupes, a veces me gustan los panes tostados bien
quemados."
Más tarde esa noche fui a dar el beso de las
buenas noches a mi padre y le pregunté si a él le gustaban los
panes tostados bien quemados. Él me abrazó y me dijo estas
reflexiones:
Tu mamá tuvo un día muy duro en el trabajo,
está muy cansada y, además, un pan tostado un poco quemado no le
hace daño a nadie.....
La vida está llena de cosas imperfectas y
gente imperfecta; aprender a aceptar los defectos y decidir celebrar
cada una de las diferencias de los demás, es una de las cosas más
importantes para crear una relación sana y duradera.
Un pan
tostado quemado no debe romper un corazón.
La comprensión y la
tolerancia es la base de cualquier relación.
Sé más amable de
lo que tú creas necesario, porque todas las personas, en este
momento, están librando algún tipo de batalla.
Todos tenemos
problemas y todos estamos aprendiendo a vivir y lo más probable es
que no nos alcance la vida para aprender lo necesario.
El
camino de la felicidad no es recto. Existen curvas
llamadas EQUIVOCACIONES, existen semáforos llamados AMIGOS, luces de
precaución llamada FAMILIA, y todo se logra si tienes:
Una llanta
de repuesto llamada DECISIÓN, un potente motor llamado AMOR, un buen
seguro llamado FE, abundante combustible llamado PACIENCIA, pero,
sobre todo, un experto conductor llamado DIOS...
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