Como creyentes
en Jesús podemos
tener confianza al saber que cuando seguimos a Dios, su
bondad y su amor nos respaldan.
Al volvernos al único y verdadero Dios que reproduce su carácter
dentro de nosotros...
Mientras mi
esposo Jay podaba
los arbustos, nuestra
perra dormía tranquila
en el pasto con la correa amarrada al bote
de basura para
impedir que se fuera deambulando por allí. Todo era paz y
tranquilidad en nuestro
jardín.
Entonces vino
el vecino y
quiso acariciar a Maggie.
Asustada Maggie echó a correr para escaparse, arrastrando el bote de
basura tras de sí. El
ruido metálico del
bote intensificó el terror de Maggie. Ella trataba frenéticamente
de dejarlo atrás. Pero cuanto más rápido corría, tanto mayor era
el ruido metálico y el estrépito que el bote de basura hacía desde
la entrada
a la vereda y
la calle.
Jay
corrió tras ella,
pero la perra estaba demasiado asustada como para dejarlo
acercarse. La
basura salió disparada por
todas partes mientras Maggie
y Jay corrían
dando vueltas alrededor en la calle sin salida. Los
vecinos salieron
para ver el circo. Para detener a Maggie, Jay finalmente tuvo que
entrarle al bote de basura.
Por
extraño que parezca, la
catástrofe de
Maggie con
el bote de basura me hizo recordar el Salmo 23. Encontré algo nuevo
y profundo que
comprender en este antiguo y conocido pasaje para brindar
consuelo.
Los
primeros cinco
versículos dicen
cómo Dios gentilmente nos guía y nos alimenta, se preocupa por
nosotros y nos
protege.
Pero el versículo 6 introduce un cambio sutil. En vez de hablar
acerca de la manera en que Dios nos guía, el
salmista habla de lo que nos sigue.
Según el texto, la
bondad y el amor me
siguen cuando yo sigo a Dios. En otras palabras, su amoroso cuidado
me sigue a lo largo de toda mi vida.
Al
igual que Maggie,
algunas personas están amarradas a botes de basura. En tanto que la
vida va tranquilamente duermen pacíficamente, inconscientes
del peligro inminente.
Pero hasta un pequeño
trastorno las
asusta. Tratan de escapar, pero se encuentran atadas al bote de
basura de los valores
vacíos y las falsas promesas.
En su afán por liberarse, dejan un rastro de desconfianza y malos
entendidos.
Como creyentes
en Jesús podemos
tener confianza al saber que cuando seguimos a Dios, su
bondad y su amor nos
respaldan. Al volvernos al único y verdadero Dios que reproduce su
carácter dentro
de nosotros, podemos dejar un rastro de su bondad y de su amor en
este mundo.
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